El siguiente cuadro presenta una comparación de la incidencia de derrumbes en varias ciudades argentinas. Las fuentes usadas fueron periodísticas. La metodología consistió en buscar en los principales diarios de cada ciudad las noticias de derrumbes entre el 1 de enero de 2010 y el 7 de noviembre de 2011. Para ello se introdujo la palabra “derrumbe” junto a la de la ciudad en el buscador del periódico. Se tomaron nota de la fecha, las características del derrumbe, de los heridos y de los muertos. Se complementó esta información con los resultados de buscar en google ingresando idénticas palabras. Creemos que la muestra es demasiado chica para hacer estadística en serio, pero muestra ciertos patrones que, de confirmarse, son importantes.
Para tener una medida de la incidencia de derrumbes (encontramos 28 episodios en las 6 ciudades en casi dos años) informamos también la cantidad de metros permisados en un período de 17 años (1991-2007), que es un índice de nuevas construcciones, pero también un índice de parte importante del stock de construcciones. Para las ciudades de La Plata y Rosario no encontramos la información correspondiente. También informamos la población de cada ciudad.
Se observa que la cantidad de derrumbes por metro permisado es menor en la ciudad de Buenos Aires que en las otras tres ciudades para las cuales tenemos esa información. También la cantidad de derrumbes por millón de habitantes es menor en Buenos Aires que en las otras ciudades. Sin embargo, la cantidad de heridos consecuencia de esos derrumbes es mayor en la ciudad de Buenos Aires que en otras ciudades, tanto si se lo computa por metro cuadrado permisado como por millón de habitantes. En cuanto a los muertos por derrumbes, la ciudad de Buenos Aires presenta una incidencia por millón de habitantes mayor a las ciudades de Córdoba y La Plata, pero menor que las de Neuquén, Bahía Blanca y Rosario.
En suma, la ciudad de Buenos Aires no se diferencia fuertemente de otras ciudades del país en cuanto a la incidencia de derrumbes y sus consecuencias. Si bien la cantidad de derrumbes (una vez que se tiene en cuenta el tamaño de las ciudades) parece menor a la de otras ciudades, la peligrosidad de esos derrumbes parece mayor, pues se registra un alto grado de heridos. Esto parece razonable dada su alta densidad y la mayor prevalencia de construcciones verticales. Esta mayor peligrosidad indica que las obras deben tener mayores exigencias de seguridad.