La respuesta corta es no. Entonces, ¿por qué sólo se habla de China y de la soja cuando se pregunta sobre los riesgos económicos para la Argentina? A esto no tengo respuesta, salvo problemas de cognición: simplificamos un aumento de demanda mundial multipolar por la palabra "China"; simplificamos un aumento de demanda mundial de todo tipo de productos por la palabra "soja".
Miremos algunos números. Las exportaciones argentinas a Europa representan el 16% del total; aquellas al Nafta, 8%. Total a países desarrollados en turbulencia: 24%. Exportaciones argentinas a China: 9%. Exportaciones brasileras a Europa: 21%, al Nafta: 13%, total a países desarrollados en turbulencia: 34%, a China: 15%. Tanto directamente, como a través de Brasil, ¡seguimos dependiendo de lo que pasa en los países "centrales"!
Ahora, exportaciones de sector oleaginoso: 25% del total, gran parte de las cuales no va a China. Lo que sí puede ocurrir es que la menor demanda china (por un desaceleramiento económico) disminuya los precios, y por lo tanto disminuya el valor de las exportaciones oleaginosas a otros lados del mundo. Eso es cierto, pero también es cierto que lo mismo ocurrirá si Europa disminuye la demanda de oleaginosas. ¿Son acaso las elasticidades (ingreso y precio) de oleaginosas de Europa y China diferentes? Quién sabe.
Todo esto me hace acordar a los yanquis que atribuyen el alto precio del petróleo (y también el aumento de emisiones de dióxido de carbono) a la demanda china, cuando los yanquis son los grandes consumidores. El precio puede aumentar porque se adicionó un nuevo comprador, pero está alto porque hay unos cuantos otros compradores. Si estos disminuyeran su desproporcionado consumo, el precio del petróleo caería, así como las emisiones de dióxido de carbono. Lamentablemente lo mismo sucedería con el precio de la soja.
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