Un buen post de Paco Bruera sobre la revolución biotecnológica: ¿es posible que finalmente sea nuestra hora y nos empecinemos en hacer armado de autos, lavarropas y celulares?
Dos reflexiones me surgen. Una, está claro que la producción agropecuaria ya no es un sector tradicional que en el largo plazo te hunde, ¿pero alguna vez lo fue? Si nos ponemos a pensar, en la vuelta anterior (1870-1940) se incorporó la revolución tecnológica asociada a los trenes, al enfriado y congelado, a los barcos, a los combustibles, a la maquinaria agrícola, a rotaciones que aumentaban rendimientos, al alambrado, a la mejora genética de razas, etc. Yo no sé.
Dos, se necesita un macroeconomista que formalice la idea de un sector como "motor de la economía". Se dice eso del campo argentino; ¿pero qué significa exactamente? Puede ser tres cosas, hasta donde se me ocurre: 1. que sus productos se exporten y por lo tanto se obtengan divisas para importaciones y para pagos de deuda; es decir, afloja las restricciones agregadas; 2. que tenga muchas conexiones con industrias aguas arriba y aguas abajo; es decir, en una matriz insumo-producto no tenga casi ceros en la fila y la columna "productos agropecuarios"; 3. que los avances técnicos que se hacen en el sector son aplicables a varios otros sectores de la economía. Creo que el concepto más fuerte de "motor de la economía" es este último y es el que Paco enfatiza.
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